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Hablar con su hijo sobre las razas y el racismo

Revisor médico: Roger R. Harrison, PhD

Las razas y los efectos perjudiciales del racismo son temas de conversación frecuentes en algunas familias. Pero hay padres que hablan sobre el racismo y la discriminación racial con sus hijos muy raramente o nunca. 

Lo malo es que, cuando los padres no hablan sobre este tema, los hijos pueden recibir el mensaje de que el racismo no está mal o que se trata de un problema de otras personas. Para ayudar a poner fin al racismo, todos tenemos que adoptar un papel activo para erradicarlo, independientemente de quiénes seamos. 

¿Por qué es importante hablar sobre las razas?

Cuando enseñamos pronto a nuestros hijos que está bien hablar sobre las razas, los ayudamos a entender, respetar y a apreciar las diferencias que hay entre las personas. 

Esto hace que aumente su empatía y compasión por los demás. Así, su hijo será más capaz de saber cuando las cosas del mundo son injustas con los demás y podrá hacer algo al respecto. 

¿Cuál es la mejor forma de hablar sobre las razas con los niños?

No hay una forma "correcta" de hablar con los niños sobre las razas y el racismo. En cada familia, esa conversación será diferente, en función de su propia raza, su nacionalidad y su experiencia personal con el racismo. 

He aquí algunas formas de iniciar la conversación y de mantenerla abierta:

Primero, infórmese bien. Aprendiendo sobre este tema, será más capaz de hablar con su hijo al respecto. Escuche los medios de comunicación, las noticias y vea programas o lea sobre la historia del racismo y de los derechos civiles a fin de sentirse preparado para hablar y para contestar preguntas sobre el racismo.

Clarifique cuáles son los valores de su familia. Use sus palabras y su comportamiento para mostrarle a su hijo en qué cree. Los valores en los que se puede centrar pueden incluir los siguientes: tratar igual a todo el mundo, la justicia, defender a los que están sufriendo y respetar a todo el mundo, independientemente del color de su piel, el idioma que habla ni otro tipo de diferencias. 

Hable usando palabras sencillas. No sature ni sobrecargue a su hijo con un exceso de información. Dele información sobre los hechos, con sencillez y claridad. Si quiere abordar algo que se ha explicado en las noticias, sea sincero sobre lo que ha pasado, pero no le dé a su hijo más información de la que él necesita.

Hable usando palabras adecuadas para la edad de su hijo. Cuestiones como las razas y el racismo son temas de amplio alcance, y pueden ser difíciles de entender para los niños. Aquí tiene algunos consejos para abordarlos teniendo en cuenta la edad de su hijo:

  • Niños de preescolar: los niños de esta edad están aprendiendo sobre lo que está bien y lo que está mal, y tienen una acertada noción sobre lo que es justo (¡ellos ya se lo harán saber!). O sea que hable con su hijo sobre lo que es justo y sobre lo que no lo es. Dele ejemplos que pueda entender y con los que se pueda identificar, como: "¿Y si alguien hiciera una norma según la cual las personas con (el color del cabello o de los ojos de su hijo) tienen que comer un tentempié diferente que el resto de su clase? ¿Te parecería justo?"
  • Niños en edad escolar: use ejemplos prácticos de la vida cotidiana para ayudar a su hijo en edad escolar a entender cómo se podría sentir si lo discriminaran o lo hicieran de lado a propósito. Por ejemplo: ¿Qué sentirías si alguien se apropiara de todos los columpios a la hora del recreo y no dejara jugar a lo demás niños?" O "¿Qué sentirías si vieras a un niño de quinto de primaria acosando a otro de primero?" Luego, conecte estas preguntas con ejemplos de la vida real de grupos que hayan sido discriminados. Hacer preguntas como estas ayuda a aumentar la empatía en los niños y les despierta la pasión de defender a otras personas.
  • Adolescentes y preadolescentes: los niños mayores y los adolescentes están más preparados para abordar temas más duros. Son capaces de entender cómo se puede sentir una persona que sea víctima del racismo, pero también se pueden sentir impotentes para hacer algo al respecto. Hacer una lluvia de ideas sobre formas de ayudar, como defender a un amigo que reciba acoso escolar o que lo excluyan por el color de la piel, o escribir cartas a la dirección de su centro de estudios puede empoderar a los niños.

Hágale preguntas, muchas preguntas. Ayude a su hijo a procesar sus ideas y sus sentimientos haciéndole preguntas como: "¿Qué piensas sobre lo que has visto en la televisión?", "¿Qué has oído?" o "¿Sobre qué están hablando tus amigos?" Esto lo ayudará a hacerse una idea de lo que sabe y entiende su hijo, y podrá ir llenando esos vacíos con información o hacer hincapié en los valores propios de su familia. 

Cree un lugar seguro para compartir sentimientos. Las conversaciones sobre temas duros despiertan fuertes emociones, como el enfado, la tristeza, la confusión y de otro tipo. Los niños que hayan sido víctimas del racismo, o cuyos familiares lo hayan sido, pueden tener sentimientos y miedos más intensos al respecto. Haga saber a su hijo que sus sentimientos son importantes y que están bien que los tenga. Dígale que compartir nuestros sentimientos de formas saludables es algo que nos ayuda a todos. Le puede decir algo como: "Ahora estoy triste, pero no hay nada malo en ello. No me voy a sentir así para siempre." Esto ayuda a que los niños pongan las cosas en perspectiva.

Mantenga abierta la conversación. Hablar con su hijo sobre las razas y el racismo no debe ser una conversación de una sola vez. Anime a su hijo a acudir a usted con preguntas y siga conversando con él sobre estos temas.

¿Y qué pasa si no tengo respuestas para todo?

No pasa nada si no tiene todas las respuestas. Si no conoce la respuesta a una pregunta, sea sincero y dígale a su hijo que no le puede contestar. Dígale también que ya lo averiguará y que se lo explicará cuando lo sepa.

¿Qué más podemos hacer como familia?

Los padres pueden hacer muchas cosas para educar a hijos compasivos que quieran ayudar a los demás. Aquí encontrará algunas cosas que pueden hacer juntos y en calidad de familia:

Háganse amigos de personas que sean diferentes a ustedes. Considere la posibilidad de escoger una escuela o centro de preescolar, o un club adonde asistan niños de otras áreas y de ambientes diferentes. Así, los niños aprenden que pueden hacer amistades en cualquier sitio.

Aprendan cosas sobre otras culturas. Aprendan juntos sobre personas de otros lugares y culturas. Lean libros, escuchen música, vean películas y aprendan sobre celebraciones que no forman parte de sus propias tradiciones. Vayan a ferias, celebraciones culturales y museos donde se resalte el arte, la historia y la cultura de personas que sean diferentes a ustedes.

Rompan el silencio. Cuando vean algo que les parece injusto, hagan algo al respecto. Digan algo. Escriban una carta. Creen una obra de arte que defienda una causa, o inícienla Y anime a sus hijos a hacer lo mismo.

Hablen todos juntos, en calidad de familia, y hagan cosas juntos para aprender sobre las diferencias que hay entre las personas y para celebrarlas. Así, ayudará a promover la empatía en su hijo por los demás y por usted mismo.

Revisor médico: Roger R. Harrison, PhD
Fecha de revisión: junio de 2020